domingo, 18 de julio de 2010

Volver...



Llevamos una vida cada vez más rápida, donde iniciamos nuevos proyectos, conocemos gente nueva, pasamos por trabajos diferentes, recorremos ciudades, pueblos, competiciones, todo a gran velocidad. La mayoría de las veces nos parece importante evolucionar, seguir descubriendo cosas nuevas y no estancarnos. Pero también hay momentos en que te das cuenta que hay un sitio, unas personas, que a pesar de todo lo que te ocurre en ese agetreo de vida, siguen en ese lugar y siguen siendo los mismos y que realmente te encuetras muy agusto en ese sitio.
Yo este finde he vuelto a mi pueblo, a una fiesta que seguramente para la mayoría no es gran cosa. No es más que un botellón y una orquesta en el medio del campo. Pero allí, están tus amigos, esos con los que posiblemente no necesitas rellenar el silencio, con los que no necesitas contarles todo lo que te ha pasado en un año que llevas sin verlos, no necesitan saber si tu curriculum es mejor que hace unos años,  no necesitan saber nada de ti, ni tu de ellos, porque simplemente son tus amigos. Y lo que te apetece es estar con ellos, tomar unas copas y cuando lleguen las 5 de la mañana disfrutar de las canciones de toda la vida, dando cuatro saltos y olvidaros de los problemas del día a día de cada uno. Y cuando la música pare, volver a correr a por un autobus y volver a desayunar en un bar de tu pueblo. 

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