Sigo escuchando y leyendo entrevistas a emprendedores, empresarios y autónomos sobre las ventajas de trabajar en tu propio negocio. Casi siempre en el listado aparece la típica idea "SER TU PROPIO JEFE".
Hace tiempo que me olvidé de ese concepto, en pocos meses como autónomo me dí cuenta que no soy mi jefe. Eso sí, cada proyecto tengo un jefe diferente. Cada evento, cada competición que organizamos, cada grupo que viene a uno de nuestros albergues, cada curso de formación tengo un jefe diferente. Nuestros clientes son nuestros jefes. Y como en todos lados hay jefes mejores y otros peores. Pero la gran suerte de ser emprendedor es que cada poco tiempo cambiamos de jefe.
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