martes, 25 de mayo de 2010

Feliz en mi inestabilidad

Hay épocas de nuestra vida que nos parece que somos totalmente responsables de nuestra situación y que podemos controlarla y mantener porque nos encontramos en un momento "bueno". Pero es bueno recordar que somos treméndamente inestables.
Seguramente llevo uno de los periodos más largos de estabilidad, casi 3 años trabajando en SW con una situación cada vez más consolidada y un año y medio en la universidad. Casi 4 años viviendo entre Cáceres y Malpartida. Disfrutando del deporte sin grandes altibajos, entrenando lo que puedo pero sin demasiadas pretensiones.
Todo esto hace que podamos decir que mi vida últimamente es bastante estable, pero tengo claro que es un mero espejismo. Todos vivimos en un mundo inestable y por tanto no lo podemos controlar. Pero además hay ciertas personas que nos gusta esa inestabilidad y cuando se nos plantean caminos para elegir, entre seguir por el que vamos y elegir uno nuevo nos suele atraer más el nuevo, el cambio. 

A nivel de trabajo, lugar para vivir, etc, me gustan los cambios y cada cierto tiempo me desmotivo con la monotonía, por eso la llamada de esta semana que me abría las puertas a un nuevo trabajo (aunque solo sea una pequeña rendija, que de momento no puedo abrir), me hace pensar que necesito ir pensando en nuevos retos y quien sabe si en nuevas ciudades¿?. 
De estudiante las decisiones eran muy fáciles y fue sencillo pasar dos o tres años en Cáceres, otro en Manchester, otro en Granada y otro en Madrid. Pero hoy no es tan fácil. Aunque tampoco creo que sea tan difícil.
Dice Bucay que cada decisión que tomamos afecta a cientos de personas. Y yo añadiría que según nos hacemos mayores afecta a muchos más, pero estoy seguro de que a los que realmente nos importan y les importamos seguro que apoyarán nuestras decisiones en el momento oportuno.



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