Tiburón de piscina

Cinco meses después vuelvo a nadar. Las sensaciones son regulares, el agua es muy desagradecida y se pierde la técnica con facilidad, se pierden sensaciones. Pero me quedo con la satisfacción de VOLVER (me gusta mucho este concepto y esta palabra). Volver es la oportunidad de recorrer de nuevo el camino, de disfrutar del mismo, de aprovechar pequeños recodos que no viste e investigaste y la posibilidad de mejorar.

Nadar es estar solo, estar con uno mismo. Y a mi siempre me da la oportunidad de reflexionar. Hoy los 1500 metros han dado para pensar sobre la historia de EL TIBURÓN DE PISCINA.  

Cuando vivimos en entornos pequeños y debemos aprender a convivir con nuestra competencia, con nuestros proveedores, con nuestros clientes y no convertirnos en un gran depredador. Si no somos conscientes de esto pronto nuestra piscina será solo para nosotros y durante unos días disfrutaremos del nado alegre rápido y nos pavonearemos como EL GRAN TIBURÓN, pero pronto nos daremos cuenta que no todo es tan bonito, pronto empezará el hambre, nadaremos cada vez más lentos y sin fuerza, por la falta de alimento y finalmente moriremos como un TONTO TIBURÓN. 

La piscina en el que habitamos como tiburones puede ser muy diverso:

- Extremadura.

- Sector deportivo.

- Centros deportivos.

- Administración pública.

- Modalidad deportiva minoritaria.

Algunos ejemplos de tiburones de piscina:

- La administración Extremeña y su trato a Pymes y autónomos: con concursos cada vez más ajustados, con contrataciones a entidades sin ánimo de lucro, retrasando al máximo los pagos a proveedores...

- Federaciones deportivas: que aprietan cada vez más a sus federados con licencias más caras, competiciones más caras, subiendo el precio de las equipaciones...

- Ayuntamientos: que aprietan más a las empresas que les trabajan, que optan por asociaciones sin animo de lucro, regateando cada año un poco más y pagando cada año un poco más tarde. 

- Trabajadores: que buscan acaparar el trabajo de sus "compañeros de trabajo", dejándoles en la calle, y de este modo garantizándose un futuro laboral mejor. 

Si quieres ser un tiburón, solo tienes una opción, sal de la piscina e intenta llegar a un mar donde puedas comer varias presas al día y esto no sea peligroso para tu integridad. Si no eres capaz de saltar al mar, aprende a convivir dentro de la piscina y mide tus acciones.